El ataúd de ‘El juego del calamar’ llega a las funerarias Créditos: Arte PG y EFE
El juego del calamar sigue sobrepasando la pantalla. Cuenta con millones de visualizaciones desde que se estrenó el día 17 de septiembre y no deja de sumar fanáticos y horas de visualización. La serie más exitosa en la historia de Netflix está causando impacto entre los niños, en el sector de la moda e incluso en la gastronomía. Y la industria funeraria no iba a quedarse atrás.
Escena de ‘El juego del calamar’. Fuente: Netflix
En la serie, los jugadores se dedican a competir en juegos infantiles macabros en los que se producen muchas muertes. Cada vez que un personaje muere, aparecen los operarios enmascarados cargando con ataúdes rectangulares de color negro con un lazo rosa enorme. Y una réplica de esos ataúdes, que casi recuerdan más a un paquete de regalo que a un féretro, se acaban de convertir en el mayor reclamo de Funermostra, la Feria Internacional de Productos y Servicios Funerarios, que tuvo lugar en Valencia (España) la pasada semana.
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El ataúd de ‘El juego del calamar’ llega a las funerarias. Créditos: EFE
En Funermostra se presentan cada año las últimas novedades del sector. La firma Arcae es la que se ha atrevido a presentar unos ataúdes negros con lazos rosas aprovechando el gran éxito que está teniendo la producción surcoreana. Los ataúdes son idénticos a los que aparecen en la serie. Y desde la empresa aseguran que existe demanda. En Funermostra, desde luego, fue el producto que más miradas cosechó.
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En Funermostra ha habido más guiños a tendencias actuales, no solamente a El juego del calamar. Y también referencias históricas. Se mostraron recreaciones como el sarcófago del faraón Tutankamon y opciones más sostenibles como las urnas hechas de posos de café.
Además, se debatió la implementación de alternativas a la inhumación y la cremación que todavía no están reguladas en España. Como por ejemplo la hidólisis alcalina, que consiste en disolver en un tanque los restos mortales. O la criomación, que consiste en congelarlos. Porque la muerte de nuestros seres queridos, o de nosotros mismos, no tiene que estar reñida con la innovación y la sostenibilidad.
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