Grecia se convierte en el primer país cristiano ortodoxo en aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo

La comunidad LGBTI+ de Grecia celebra un hito histórico en su país: los matrimonios entre personas del mismo sexo ahora son legales.

Con esta decisión, Grecia se convirtió en la primera nación de mayoría cristiana ortodoxa en permitir el matrimonio homosexual.

Con 176 votos a favor y 76 en contra, el parlamento también legalizó la adopción por parte de parejas del mismo sexo.

«Este es un hito para los derechos humanos, que refleja la Grecia actual: un país progresista y democrático, apasionadamente comprometido con los valores europeos», dijo el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, en una publicación en X.

Los vientres de alquiler siguen siendo prohibidos

Aunque ahora las parejas del mismo sexo podrán adoptar en Grecia, no se puede tener un bebé a través de una madre de alquiler.

Como en gran parte de la Unión Europea, la gestación subrogada sigue siendo un tema en discusion y el primer ministro griego aclaró desde el principio que no era algo que estuviera dispuesto a abordar.

«La idea de que las mujeres se conviertan en máquinas de producir hijos a pedido… eso no va a suceder», aclaró Kyriakos.

A las afueras del Parlamento en Atenas, miembros de la comunidad LGBTQ+ dijeron que se sintieron «vistos» por primera vez.

“Puedo salir, ser yo mismo y tener los mismos derechos que el resto de la gente de la sociedad. Simplemente me siento visibilizado, esa es la parte más importante”, le dijo a CNN una de las personas presentes.

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La oposición ha salido a marchar en contra del matrimonio en personas del mismo sexo en Grecia

Sin embargo, la nueva medida enfrenta una gran oposición por parte de la Iglesia ortodoxa, que no ha dudado en hacer manifestaciones en las calles para mostrar su total desacuerdo.

En una carta dirigida a los 300 parlamentarios antes de la votación, la iglesia ortodoxa griega dijo que el proyecto de ley coloca los derechos de los adultos homosexuales por encima de los intereses de sus futuros hijos, al permitirles «ser criados por parejas del mismo sexo y crecer sin padre ni madre en un entorno de roles de género confusos».

En una protesta frente al parlamento, las personas llegaron con crucifijos y sacerdotes vestidos con túnicas se unieron a simpatizantes de ultraderecha para cantar “Quiten sus manos de nuestros niños”.

Esto es sin duda una decisión importante para la historia de Grecia, pero no olvidemos que aún hay territorios que rechazan totalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo.

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