Los oligarcas rusos no quieren perder sus yates: se pronuncian contra la guerra
A medida que Estados Unidos y la Unión Europea aumentan las sanciones contra los más ricos de Rusia, algunos de los oligarcas que amasaron sus fortunas permaneciendo leales al presidente ruso Vladimir Putin comienzan a pronunciarse en contra de su invasión a Ucrania.
El día en que empezó la invasión, Vladimir Putin estaba reunido con algunos de los empresarios más importantes de Rusia. Aquel día Putin dijo a los magnates que no tuvo otra opción. Los jefes de las mayores petroleras, gasistas y bancos del país callaron, no hicieron ninguna crítica y apoyaron tácitamente la decisión del Kremlin. Pero ahora, sus empresas se están hundiendo en la bolsa, la moneda rusa (rublo) vale casi un 17% menos, sus cuentas (legales) están desconectadas del resto del mundo, y se ven sometidos a las sanciones occidentales que ponen en peligro sus mansiones en Londres, sus yates y las matrículas de sus hijos en escuelas privadas europeas de élite.
Cuando han visto amenazada su riqueza, los oligarcas, crean o no en la guerra, han empezado a declarar discretamente su oposición a la invasión de Ucrania. ¿Son sinceros o solo quieren salvaguardar sus intereses económicos?
Ninguno ha aludido directamente a Putin, pero las declaraciones públicas pidiendo la paz son indicio de una creciente discrepancia con el Kremlin.
El multimillonario Mikhail Fridman, uno de los hombres más ricos de Rusia, que controla la firma de capital privado LetterOne y fue uno de los fundadores de Alfa Bank, el banco privado más grande de Rusia, se convirtió en el primer oligarca en pronunciarse contra las órdenes de Putin, supuestamente a través de un correo.
“No hago declaraciones políticas, soy un hombre de negocios con responsabilidades ante mis muchos miles de empleados en Rusia y Ucrania. Sin embargo, estoy convencido de que la guerra nunca puede ser la respuesta. Esta crisis costará vidas y perjudicará a dos naciones que han sido hermanas durante cientos de años”, escribió en un correo electrónico a los empleados de su empresa.
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A la vez, mostró su oposición a las sanciones europeas, que las calificó de “habilitador del círculo íntimo de Putin”. “Imponer sanciones a nosotros nos crea una enorme presión personal”, afirmó. “Pero no tenemos el menor impacto (sobre las) decisiones políticas”.
El empresario que más firme se ha mostrado hasta ahora contra la guerra ha sido el banquero Oleg Tinkov (Polisayevo, 54 años). “Gente inocente muere en Ucrania en estos momentos, cada día. ¡Esto es inaceptable! ¡No tiene sentido! El Gobierno debería gastar el dinero en tratar médicamente a la gente, en investigar cómo vencer al cáncer, y no en la guerra. ¡Nosotros estamos contra la guerra!”, publicó el multimillonario en su cuenta personal de Instagram.
El hombre más rico de Rusia, al menos hasta antes de la guerra, también ha sido bastante crítico con la aventura del Kremlin. Alexéi Mordashov (Cherepovets, 56), que según Forbes poseía una fortuna valorada en 29.100 millones de dólares en 2021 (26.100 millones de euros), instó a parar esta sangría.
Aunque el poder de los oligarcas para alterar el curso de la guerra sea limitado, la importancia de estas declaraciones va más allá de las intenciones de cada empresario.
Han pasado casi dos décadas desde que el crítico de Putin, y entonces el hombre más rico de Rusia, Mijaíl Jodorkovski, fuera encarcelado por presunta evasión de impuestos después de haber financiado a partidos de la oposición contra Putin, y su fortuna fuera confiscada.
Desde entonces, pocos oligarcas, por no decir ninguno, se han atrevido a oponerse a Putin. El propio Jodorkovsky ha instado a los rusos a salir a la calle, diciendo en Instagram que “la guerra contra Ucrania debe ser detenida a cualquier precio”.
El 28 de febrero la UE anunció las medidas legales en términos económicos que iban a caer sobre Rusia. Cinco sanciones concretas para tratar de frenar la guerra de Putin. Algunas de ellas ya están en marcha, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advierte de que vendrán más.
Además, muchos rusos ricos tienen fuertes lazos en Reino Unido. Las autoridades británicas han sancionado hasta ahora apenas a un puñado. Han incautado sus bienes y limitado su capacidad de depositar dinero en los bancos occidentales.
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La invasión de Ucrania no solo ha molestado a los oligarcas “amigo” del Kremlin. Varios diputados del Partido Comunista se han quejado de que votaron por el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk sin saber que ello llevaba a la guerra.
También en el entorno más cercano a Putin se ha mostrado oposición a la guerra. La exmujer y la hija de su portavoz, Dmitri Peskov, publicaron en Twitter sobre un fondo negro esta cita: “No a la guerra”, aunque lo borraron rápidamente. Esta protesta también la llevó a cabo en Facebook Tatiana Yumasheva (Sverdlovsk, 62), la hija menor de Boris Yeltsin, el presidente que nombró a Vladímir Putin su sucesor.
La intervención de los oligarcas y demás personalidades conocidas puede comenzar a ejercer presión sobre la élite de Moscú del mundo de los negocios y las finanzas para expresar su oposición a la invasión de Putin.
Se espera que las personas más ricas del país vean sus cuentas decaer y sus finanzas internacionales paradas y que de esta forma apoyen a la oposición de la guerra y se unan a la resistencia.
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