OPINIÓN

Diseccionando un bofetón: la triple violencia machista de Will Smith y Chris Rock

La bofetada de Will Smith a Chris Rock por bromear sobre la alopecia de su mujer ha eclipsado el resto de momentos de la gala de los Oscar.

Primero una broma de mal gusto del cómico Rock sobre el cuerpo de una mujer, Jada Pinkett. Después una agresión del “heróico” marido Will Smith para defender el honor de su familia. Y para rematar, la errada justificación de que “por amor se hacen locuras”.

Esta escalada de violencia ocurrió ante una audiencia incalculable y de la mano de dos personajes masculinos adorados e idealizados.

Y lo peor, los titulares de los medios de todo el mundo son para Smith y Rock, mientras que Pinkett queda relegada a la invisibilidad en el relato de unos hechos que surgen entorno a su persona. El foco se pone en el conflicto entre dos hombres, que tratan de demostrar su virilidad, uno con un comentario machista y el otro defendiendo a quien no necesita ser defendida.

Y cabe decir, nosotras caímos en el mismo error.

 

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RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS

El presentador de los Oscar, Chris Rock, hace alusión a la falta de pelo de Jada Pinkett, que padece alopecia. La actriz, que está presente en el Dolby Theatre, responde al comentario con un gesto de rechazo y hartazgo mientras las cámaras muestran a su marido, Will Smith, reírse.

A los pocos segundos, Smith cambia de estado emocional, sube al escenario, interrumpe la gala, abofetea al cómico. De vuelta en su asiento, acaba gritando muy alterado: “¡Mantén el nombre de mi mujer fuera de tu puta boca!”. En ningún momento durante esta secuencia vemos la expresión de Pinkett.

Minutos después, Smith gana el Oscar a mejor actor y durante su discurso de agradecimiento justifica sus actos argumentando que “el amor lleva a cometer locuras”. De paso, pide a la Academia que lo vuelva a invitar a las galas.

 

BODY-SHAMING

El humor siempre ha estado en el debate de la libertad de expresión y sus límites. De hecho, Chris Rock es conocido no sólo por sus papeles en comedias, también por llevar el humor a un nivel extremo. No es la primera vez que le hace una “broma” a Jada por su físico. Y esto, señoras y señores, es body-shaming, la burla por el aspecto. Y el principal problema es que las mujeres están inevitablemente expuestas a esta humillación corporal por el simple hecho de ser mujeres.

Además, en la comunidad afroamericana, el pelo de las mujeres ha sido un objeto de crítica a lo largo de los años. Suponía y supone salud. También feminidad, identidad y belleza. En algún momento fue símbolo de riqueza, de estatus social, y a veces, aún, es un constructor de género. El comentario de Rock, en cierto modo, menospreció y ofendió a todas las mujeres afroamericanas.

Y no solo Rock, porque quienes escribieran, revisaran y dieran el visto bueno a aquel guión, decidieron que pesaba más el humor que la enfermedad de Pinkett, que ha sido honesta en todo momento y ha querido visibilizar y naturalizar esta condición en las mujeres.

Esto también es violencia contra las mujeres. Esto también es machismo.

 

MASCULINIDAD TÓXICA

Todas vimos como Will Smith se reía inicialmente de las bromas del comediante a costa de otras parejas. Un segundo más tarde decide recurrir a la violencia. ¿Lo hizo porque le había ofendido la broma o porque sintió cierta responsabilidad al observar el malestar de Pinkett?

Si Smith no se hubiese levantado, la cara de Pinkett hubiese sido suficiente para abrir el debate sobre la conveniencia del humor en esa circunstancia específica, una enfermedad, y el único sobre el que habría recaído esa discusión habría sido el presentador.

Y aquí tenemos la segunda conducta violenta movida por el machismo. La idea del hombre protector, del macho alfa que debe defender a su “indefensa” mujer. La masculinidad tóxica que ejerce Smith al querer “proteger”, decía él, a su mujer. No hay nada más tóxico en el amor que la posesión y la violencia.

Por otra parte está esa idea de la masculinidad tradicional de normalizar la violencia como forma de resolver los conflictos. Una violencia que está vinculada a la idea de poder, a la omnipotencia en la que los varones han sido socializados y relacionados entre sí. Un modelo masculino muy dañino, una forma de habitar y estar en el mundo que favorece la negatividad, la desigualdad y que perpetúa la violencia como método de resolución de conflictos.

 

LEE TAMBIÉN – ¿Podría Will Smith perder su Oscar por la bofetada a Chris Rock?

 

ROMANTIZAR LA VIOLENCIA

El último acto machista es el discurso de Will Smith y su justificación. El “por el amor se hacen locuras”. No hay nada más tóxico en una relación que este ideal. Hacer lo que sea por el amor, una idea que nos han inculcado a través de la literatura y las películas. Una concepción totalmente misógina y alejada de la realidad.

No solo eso, además nadie se levantó. Nadie, excepto el propio Chris Rock, hizo alusión a lo que acababa de pasar. Hubo caras de extrañeza, de sorpresa. Hubo hasta quien se rió. Pero nadie en su discurso, excepto un tibio “paz y amor” que pidió después Anthony Hopkins cuando entregó el premio a la mejor actriz a Jessica Chastain, condenó lo que acababa de ocurrir.

Tampoco nada impidió que Smith recogiera su estatuilla como si no acabara de darle un guantazo a Rock. Y todo esto es parte de la violencia, de esta “vista gorda” que hacemos al aceptar patrones de conducta que han estado siempre en nuestra cultura.

 

JADA SE PRONUNCIA

“Es temporada para sanar y estoy lista para ello”. Este es el escueto mensaje en Instagram de Jada Pinkett Smith, que ha sido la última de los protagonistas del momento que marcó la ceremonia en pronunciarse.

El mensaje de Pinkett llegó pocas horas después de que Will Smith publicara también a través de Instagram una carta pidiendo perdón a Chris Rock, a quien, sin embargo, había dejado fuera de sus disculpas la noche del domingo cuando recogió su Oscar. “La violencia, en cualquiera de sus formas, es venenosa y destructiva. Mi comportamiento anoche fue inaceptable e indefendible… Me gustaría disculparme públicamente contigo, Chris. Estuve fuera de lugar y me equivoqué”, escribió en el post.

Chris Rock, quien se negó a presentar cargos, es el único que sigue guardando silencio sobre este asunto.

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Publicado por
Carlota Benet

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