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El día en que dejé de oler a humo en la oficina

Hay olores que incomodan a algunas personas, y gracias al regalo que me envió IQOS transformé un hábito y dejé atrás el olor a cigarro

En un espacio de trabajo compartes el lugar con otras personas, y si uno quiere llevar en paz la fiesta, es muy importante llegar a ciertos acuerdos como dar el paso para cambiar un hábito.

Como un ex-fumador, te puedo decir que hay algunos detalles que pueden molestar a tus colegas, y en el caso de las oficinas de PlayGround mi costumbre se había convertido en una barrera para la convivencia…

Al principio sólo era una que otra observación y broma, pero me empecé a dar cuenta que mis compañeros empezaron a tomar distancia y nadie más me acompañaba cuando salía a la calle a tomarme un break

Yo ya sentía que de alguna manera transmitía cierta incomodidad, tenía ganas de probar un cambio y me puse a platicar con amigos para pensar en algunas opciones para transformar mi hábito de consumo de tabaco.

Un día camino a la oficina, me encontré al buen Jole en la calle y me dijo que hiciera la prueba con IQOS. Jole era un ex fumador con el que alguna vez había hablado de intentar otras opciones para transformar nuestra vieja costumbre.

Él me habló de un tipo de programa en el que podías probar por 14 días el dispositivo, un servicio que ofrecía IQOS que justo le daba al clavo a lo que yo buscaba.

Lo primero que hice cuando llegué a mi cubículo fue abrir mi compu para buscar la cuenta de IQOS en Instagram y mandarles un DM para pedir más información sobre este servicio

Antes de la hora de la comida ya tenía una respuesta, me pidieron que pasara a una de las tiendas IQOS más cercana a mi para poder comenzar mi prueba.

Decidí darme una vuelta, pues tenía muchas curiosidad sobre este programa. Después de una breve introducción al producto, decidí llevarme el dispositivo a la oficina, pues no estaba seguro de comprarlo antes de conocer bien de qué trataba este dispositivo. 

Al llegar a las oficinas de PlayGround y abrir la caja, lo primero que vi fue un tipo de rectángulo ovalado color escarlata que tenía una superficie lisa y parecía un tipo de aparato que había salido de una película de ciencia ficción.

Mientras lo observaba, mi amigo Jole salía del elevador y con una sonrisa me decía en tono de broma:

“Uy Beto, ya por fin vas a dejar de oler a humo”.

Entre risas, Jole me dejaba muy claro que ya no iba a ser ningún tema mi hábito como fumador gracias a este aparato. 

Decidí investigar más sobre este producto mientras apreciaba el diseño y empaque de este, enterándome de varios beneficios que iban más allá de lo que había escuchado anteriormente. Sin duda lo que más me llamó la atención fue lo siguiente;

 

1.- Olvidarme en dónde tirar las cenizas ya que IQOS no quema el tabaco, lo calienta.

 2.- Disminuir las molestias a las personas que me rodean ya que este producto no genera humo.

 3.- Reemplazar la combustión por un proceso de calentamiento. Reduciendo así hasta en un 95% los niveles de sustancias tóxicas en comparación con el humo de cigarro. 

4.- Eliminar el “olor a cigarro”. Por fin algo que elimine esas molestias que tanto causaba a mis compañeros en la oficina.

 

Cuando terminé de leerlo, sentí la misma mezcla de emociones cuando estás a punto de estrenar un nuevo aparato y decidí salir a la calle para ponerlo a prueba.

Inmediatamente me di cuenta del cambio que este producto iba a generar en mi vida. Que por fin podría probar el tabaco, pero sin la combustión ni el olor o humo de cigarro. 

Por inercia, agité mi IQOS como si fuera a tirar ceniza y en ese momento me di cuenta de que ya nunca más iba a tener que preocuparme por manchar mi sala o mis muebles.

Era momento de la prueba final, saber cuál era la respuesta y efecto en la oficina al entrar sin olor a humo de cigarro.

 Decidí sentarme al lado de mi amiga Ale, ella era la indicada ya que desde que nos conocimos me ha intentado convencer de cambiar mi hábito. Ni le tuve que dar una pista ni decir nada, se me quedó viendo como si hubiera algo diferente en mí y muy directa me dijo:

 

“Oye Beto, ¿dejaste de fumar o por qué ya no hueles a cigarro?

 

Con una sonrisa le expliqué que por fin me había animado a dar ese paso para transformar mi hábito y le hablé sobre la prueba que estaba empezando con IQOS. Ella muy feliz me agradeció dar ese paso, me aconsejó que lo mejor era dejar de fumar pero que entendía y apreciaba que yo eligiera esta alternativa.

Al final del día, la vida se trata de cambios y hacer el esfuerzo para mejorar cómo vivimos con las personas que nos rodean. Eso a veces implica dar el salto para transformar una costumbre y hacer las cosas diferente. Y, por último, te pregunto, ¿tú todavía quieres seguir oliendo a humo?

IQOS no es libre de riesgo ya que entrega nicotina, que es adivctiva. Exclusivo para mayores de edad.

Contenido en colaboración con @IQOS_MX

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Publicado por
Ale García

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