Los vecinos se negaron a devolverle el balón al niño de 8 años y el padre no dudó en entrar al jardín.
Un padre decidió irrumpir el jardín de sus vecinos para reclamar el balón de fútbol de su hijo luego de que fuera «confiscado» por ellos. Ahora, deberá pagar una multa de 24 mil dólares.
El protagonista de esta historia es Chaim Adler, quien no pudo evitar enojarse al ver que su hijo de 8 años estaba llorando porque sus vecinos se negaron a devolverle su pelota, la cual terminó en su jardín en Golders Green, al norte de Londres, luego de que el menor la pateara.
El niño también accidentalmente pateó la valla y eso provoco un gran desafío legal.
Después de que los vecinos se negaron a devolverle el balón, el padre no dudó en entrar en el jardín de Warren Bergson, pero este se negó a ceder.
Chaim Adler regresó al día siguiente y esta vez trató de entrar a la fuerza en su apartamento mientras exigía «agresivamente» que le devolvieran el balón a su hijo.
Bergson, quien es abogado, y su esposa, la psicóloga Edel McAndrew-Bergson, demandaron al hombre por invasión y acoso y estos delitos fueron confirmadas por un juez, que les concedió £19.800 (24 mil dólares) en concepto de daños y perjuicios.
Chaim Adler ‘snarled’ at and mocked the couple living next door in Golders Green after they refused to give his eight-year-old’s football backhttps://t.co/cXKxBzBvVX
— The Sunday Times Ireland (@ST__Ireland) March 27, 2024
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El juez dijo que el padre del menor llegó «demasiado lejos»
El juez Stephen Hellman dijo que el Sr. Adler, jefe de la empresa de alarmas contra incendios de 35 años, se había sentido provocado por las acciones de sus vecinos al no devolverle el balón al niño, pero que fue «demasiado lejos».
Asimismo, dijo que «el comportamiento de Chaim Adler fue agresivo, humillante e intimidante», dictando sentencia ante el Tribunal de Alcaldes y del Condado de la ciudad. «Este comportamiento va más allá de lo que simplemente causa malestar».
«Le gritó a mi hijo y lo dejó llorando. Estaba muy molesto y fui a casa para hablar con él y recuperar el balón. Mi tía vive en la casa y nos había dado permiso para salir al jardín en cualquier momento. Los Bergson vivían en un piso de abuela al final del jardín. La primera vez que pasó el balón ni siquiera estaba en casa, pero cuando le gritó a mi hijo y se negó a devolvérselo, fui a pedir que se lo devolviera. Intenté preguntárselo amablemente», Adler dijo.
La madre de Adler agregó que su hijo no cuenta con los recursos necesarios para pagar la multa y que el proceso judicial ya le ha costado mucho dinero.
«Todo este asunto nunca debería haber llegado a los tribunales. No queríamos ir a los tribunales, pero estaban decididos a demandar. No sé cómo encontrará las 20.000 libras esterlinas para pagarles. Es simplemente ridículo. Mi hijo está furioso», dijo Esther Adler a MailOnline.
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