La lava de Cumbre Vieja llega al mar: por qué es peligrosa la reacción química que ocurre

Desde la erupción del volcán Cumbre Vieja de la isla de La Palma hace ya diez días, una de las mayores preocupaciones de autoridades y expertos ha sido la llegada de la gran colada de lava al mar. Y aunque por un momento se estimó que la lava no llegaría a la costa, al final pasó. En la noche del martes la lava llegó a la costa del Atlántico, después de arrasar el pueblo de Todoque.

 

Proyectiles y gases tóxicos

Los estudios sobre las consecuencias más inmediatas indican una alteración drástica de las condiciones del literal, acompañada de contaminación, mortandad y la huida de especies.

A simple vista, el contacto de la lava con el mar se percibe como un seguido de explosiones y columnas de humo generados por la reacción hidrotérmica y química. Aun así, los efectos lesivos que sufrirá el litoral son transitorios y, según los expertos, la regeneración física y biológica será rápida y se consolidará en el plazo de dos años.

 

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La primera reacción al encontrarse la lava con el agua marina ha sido térmica. Toneladas de rocas a temperaturas de 1100 grados se han sumergido en aguas de 23 grados de temperatura. “Cuando el magma se enfría al contacto con el agua salada se solidifica y al instante pueden salir despedidos hacia arriba pequeños proyectiles”, explica José Mangas, profesor de geología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en declaraciones a BBC.

Además, ya han aparecido grandes columnas de humo blancas que, según indican los expertos, contiene sustancias tóxicas. Esas sustancias provienen de la evaporación de las sales marinas y la liberación de gases tóxicos que la lava tiene en su interior. Hace 50 años, en la última erupción terrestre en La Palma, una persona murió intoxicada por inhalación de gases tóxicos a pocos kilómetros de las corrientes de lava que caían al mar.

 

Menos oxígeno en el agua

En cuanto a las consecuencias a largo plazo, los científicos recurren a las investigaciones realizadas sobre episodios similares para estimar. La más cercana es la erupción submarina en la isla de El Hierro entre octubre de 2010 y marzo de 2011. Como todas las erupciones volcánicas, se generó una gran cantidad de magmático y gases en las profundidades. También un aumento de las temperaturas y de la acidez por las emisiones de dióxido de carbono.

Aun así, según Magdalena Santana, catedrática de Oceanografía Química de la ULPGC, “estamos hablando de una zona de costa, muy superficial. En el caso de El Hierro, el volcán apareció en el agua, a 350 metros de tierra, y se elevó hasta 80. En esa zona había gran cantidad de peces y gases. Ahora estamos en la orilla. La lava se asentará sobre el sustrato». Por lo tanto, las reacciones no reflejarán los mismos niveles en Cumbre Vieja.

 

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Por otra parte, la concentración de metales como el hierro o el manganeso de la lava de Cumbre Vieja provocarán una disminución repentina del oxígeno bajo el agua. Cabe destacar que esta vez la lava viene de la tierra y ya está desprendiendo gases a la atmósfera, lo cual hará que el impacto de estos gases no sea tan corrosivo.

Todas estas alteraciones provocarán una huida temporal de todas aquellas especies con movilidad, aunque muchos de ellos mueran por el colapso inmediato de los ecosistemas.

Cabe decir que, en los estudios del equipo de investigación Bioecomac (Biodiversidad, Ecología Marina y Conservación) sobre la erupción de El Hierro detectaron la aparición de organismos nuevos, cambios transitorios en las especies de algas dominantes e incrementos de moluscos e invertebrados que sobreviven a los cambios temporales.

Por último, cuando las condiciones del mar se estabilicen, los peces regresaran para aprovechar la mayor producción planctónica y la proliferación de los invertebrados.

 

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