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El síndrome del impostor: qué es, causas y cómo combatirlo

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico en el que una persona suele dudar de su éxito hasta el punto de sentir miedo, desmotivación y ansiedad. En puntos más extremos, estas personas podrían pensar en renunciar a sus trabajos o estudios por el hecho de sentir que no son tan buenos en lo que hacen.

Según Journal of Behavioral Science, el 70% de la población ha sufrido alguna vez de esta condición. Esto también lo confirma la académica de la UNAM, Laura Barrientos Nicolás, quien afirma que 7 de cada 10 personas han tenido el síndrome del impostor.

Por lo tanto, en este artículo de PlayGround, veremos de qué se trata el síndrome del impostor, su origen, causas, cómo saber si lo tenemos y la manera de combatirlo.

¿Qué es el síndrome del impostor?

En palabras sencillas, el síndrome del impostor es una condición psicológica de autosaboteo donde la persona no es capaz de reconocer sus propios logros y capacidades, aunque tengan éxitos y excelentes resultados. Desde un punto de vista psicológico, corresponde a un patrón comportamental que se caracteriza por el miedo de ser un fraude frente a tareas de origen académico, artístico y laboral, o actividades de alta demanda física y cognitiva.

Por otro lado, desde la parte coloquial, las personas relacionan el síndrome del impostor con sentimientos de baja autoestima, no ser tan bueno en alguna actividad o la sensación de desánimo. Además, tienden a no sentirse capaces, y en consecuencia, pierden la confianza en sí mismos.

Ver más: La ansiedad: qué es y cuáles son los síntomas de esta condición que sufren millones de personas

Origen

Una investigación científica en formato póster titulada “El síndrome del impostor: una perspectiva analítico-funcional” proponen la siguiente hipótesis de origen o proceso para este fenómeno psicológico:

  1. Reglas absolutas en la infancia: En la niñez muchas personas tuvieron la presión de obtener notas altas, y con ello debieron estar bajo una serie de reglas absolutas, donde ir mal en el colegio representa fracaso. Este tipo de imposiciones acrecientan las emociones negativas, el sujeto debe esforzarse de equis forma en su tarea para lograr resultados, pero se le inculca que solo hay dos caminos: el no sacar resultados excelentes es sinónimo de “No vas a llegar a nada”, y el del éxito.
  2. Moldeamiento a conductas de esfuerzo más exigentes: Se tiene una tarea objetivo y una exigencia de esfuerzo para la persona. Si no resulta un buen resultado, aparece una consecuencia insuficiente, no haber sacado un 10, por ejemplo. Esto genera malestar, y entonces esta persona se esfuerza aún más que antes, cumple sus expectativas, pero no fueron suficientes: ha sacado un 9,4, se acerca al éxito para evitar consecuencias negativas. Sin embargo, se le dice que podía haber dado más y que siguen siendo resultados mediocres.

Lo anterior es un claro ejemplo de que el síndrome del impostor está vinculado al querer adaptarse a patrones estrictos, los cuales son premiados. Además, el seguimiento de reglas perfeccionistas moldea la conducta a un grado aún más exigente. 

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Hipótesis de mantenimiento frente al impostor

La hipótesis de mantenimiento trata de explicar cómo es la reacción de una persona frente a una tarea exigente y con objetivos. Esta se resalta lo siguiente:

  1. Sobrepreparación: Corresponde a la exigencia de la persona a prepararse con antelación de esa tarea para evitar emociones negativas como el estrés. Aunque se prepara y hace todo bien, con el síndrome del impostor aparecen pensamientos negativos. “No soy tan bueno en esto”, “Seguro me dijo que está bien, solo por decirlo”, “Si no sale perfecto, es que no lo hice bien”.
  2. Procrastinación: Lo mismo que en el caso anterior, la persona tiene una tarea exigente, utiliza la procrastinación (establecer conductas alternativas) para aliviar la sensación de fracasar en esa tarea. Usualmente se relaciona dicho fracaso con esa tarea en particular, por ello, es posible que para sentir alivio se haga dicha actividad en el último momento, incluso se puede sentir miedo de comentarios negativos.

Aquí aparece el síndrome del impostor para sabotear a la persona y tener ideas negativas como “no sirvo para nada”, todas estas corresponden a autoverbalizaciones aversivas.

Síntomas del síndrome del impostor: ¿cómo descubrirlo?

El síndrome del impostor es cuando las personas tienen dificultad para internalizar sus logros y sienten que no son lo suficientemente competentes, a pesar de la evidencia de su éxito. Aquí tienes los síntomas de esta sensación:

  • Duda constante sobre el propio rendimiento o los resultados positivos obtenidos
  • Atribuir el éxito a factores externos
  • Comentarios negativos frente a los halagos de los demás
  • Miedo al fracaso
  • Perfeccionismo y establecimiento de estándares poco realistas
  • Comparación constante con los demás, pero de  forma negativa
  • Miedo a ser descubiertos como un fraude

¿Cuáles son las causas del síndrome del impostor?

Entre las causas más comunes del síndrome del impostor se encuentran las siguientes:

  1. Factores familiares: La presión familiar durante la infancia y juventud, especialmente cuando los padres enfatizan constantemente el rendimiento académico y comparan a sus hijos con otros, puede aumentar la susceptibilidad al síndrome del impostor. Esto lleva a sentirse incompetente a pesar del éxito real.
  2. Conductas perfeccionistas: Las personas perfeccionistas se fijan objetivos extremadamente elevados y les cuesta confiar en otros para delegar responsabilidades. Cuando no logran cumplir con estas expectativas, surgen dudas sobre su propia competencia y sienten la necesidad de hacer todo por sí mismas para cumplir con sus estándares.
  3. Baja autoestima: El síndrome del impostor se manifiesta en individuos exitosos que tienen dificultades para conectar sus logros con sus capacidades y talentos, lo cual puede originarse desde la infancia. Estas personas temen ser descubiertas como incompetentes, lo que los lleva a esforzarse demasiado y experimentar altos niveles de estrés, afectando su calidad de vida y relaciones personales.
  4. Seguimiento de reglas estrictas asociadas a éxito y fracaso: Las personas que se adhieren rígidamente a estas reglas tienden a establecer estándares extremadamente altos para sí mismas, y perciben cualquier desviación como un fracaso personal.

¿Cómo superar el síndrome del impostor y cómo combatirlo?

¿Cómo combatir el síndrome del impostor? Para prevenir el síndrome del impostor en el trabajo, es fundamental implementar una serie de medidas. En primer lugar, se deben implantar programas de psicoterapia para brindar acceso a servicios de salud mental, ayudando así a los empleados a gestionar el estrés y la ansiedad.

Además, asignar un mentor laboral puede proporcionar un apoyo invaluable, ayudando a desarrollar confianza en las habilidades y superar inseguridades. 

Es esencial también crear una cultura de inclusión mediante políticas de diversidad que ofrezcan oportunidades equitativas de crecimiento, garantizando que todos se sientan aceptados y valorados. Reconocer los logros individuales y colectivos es otra estrategia clave, elogiando el esfuerzo y dedicación de los empleados para fortalecer su autoestima y confianza en sí mismos. 

Por último, realizar encuestas periódicas de bienestar emocional permite evaluar el estado del equipo y abordar cualquier problema identificado de manera proactiva. Estas medidas combinadas pueden contribuir significativamente a prevenir el síndrome del impostor y promover un ambiente laboral saludable y productivo.

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Famosos con el síndrome del impostor

Este fenómeno no es exclusivo de personas comunes; incluso algunos de los famosos más exitosos han enfrentado este desafío. A continuación, se mencionan famosos que tienen el síndrome del impostor:

  • Sophia Amoruso, fundadora de Nasty Gal, ha expresado sus luchas con la sensación de ser una impostora y la necesidad de trabajar constantemente para sentirse merecedora de sus logros.
  • Tom Hanks, ganador del Oscar, ha compartido cómo se identificó con personajes que cuestionan su propio éxito, sintiéndose a veces como un fraude que podría ser descubierto en cualquier momento.
  • Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, ha admitido sentirse como una impostora, temiendo que algún día se descubra que ha engañado a todos.
  • Lady Gaga, en su especial de HBO, reveló que a veces se siente como una niña perdedora, luchando contra la necesidad de afirmarse como una superestrella cada día.
  • Howard Schultz, ex CEO de Starbucks, ha hablado sobre cómo pocas personas se sienten preparadas para roles de liderazgo, incluso cuando alcanzan posiciones de alto nivel.
  • Maisie Williams, conocida por su papel en «Juego de Tronos«, ha compartido su lucha continua con el síndrome del impostor, incluso después de años en la industria del entretenimiento.
  • Barbara Corcoran, participante de «Shark Tank», se ha sentido como un fraude a pesar de su éxito financiero, reconociendo que muchos comparten este sentimiento.
  • Tina Fey, actriz y comediante, ha hablado sobre la naturaleza dual del síndrome del impostor, alternando entre la egolatría y el sentimiento de ser un fraude.
  • Matt Higgins, empresario y participante en «Shark Tank», ha experimentado la sensación de no pertenecer, a pesar de su éxito en los negocios.
  • Awkwafina, actriz y rapera, ha reflexionado sobre las dudas y comparaciones que surgen en su carrera, cuestionando por qué ella ha tenido éxito mientras otros talentosos luchan.

El síndrome del impostor es más que un fenómeno psicológico

Sin duda, el síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que lleva a las personas a dudar constantemente de su propio éxito, experimentando miedo, desmotivación y ansiedad. Este fenómeno afecta a individuos de alto rendimiento y puede llevarlos a considerar renunciar a sus trabajos o estudios debido a la sensación de ser un fraude. 

Y como vimos, según estudios, aproximadamente el 70% de la población ha experimentado este síndrome en algún momento de su vida, lo que subraya su relevancia y prevalencia. El origen del síndrome del impostor puede rastrearse hasta la infancia, donde la presión familiar y la imposición de estándares extremadamente altos pueden alimentar sentimientos de incompetencia. 

Además, las conductas perfeccionistas y el seguimiento de reglas estrictas asociadas con el éxito y el fracaso también pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de este síndrome. Para combatirlo, es fundamental implementar medidas como programas de psicoterapia, asignación de mentores laborales, políticas de diversidad, reconocimiento de logros y encuestas de bienestar emocional. 

Incluso, muchos famosos reconocidos han compartido sus propias luchas con el síndrome del impostor, lo que demuestra que este desafío no discrimina en función del éxito externo.

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