En la era de las redes sociales, exponer un estilo de vida altamente productiva está glorificado por la sociedad. No obstante, es muy fácil caer en el llamado síndrome de la vida ocupada. Hablamos de esa situación en la que, a medida que transcurre el tiempo, nos vamos olvidando de nosotros mismos y nos ponemos de últimos en nuestra lista de prioridades.
En esa realidad tan frenética, donde asumimos muchas responsabilidades, los límites están difusos y el descanso es escaso. Y esa falta de descanso ocasiona que a largo plazo surjan problemas físicos y mentales dándole paso al síndrome del burnout. Por eso hay que cuidar de nuestra salud mental y comenzar a identificar ciertas alarmas que nos indica que nos está costando poner límites en el trabajo y estamos desplazando el bienestar.
¿Cuáles son esos síntomas?
Ante la hiperestimulación que genera tu empleo que estés haciendo, a tu cerebro le costará prestar atención a una solo cosa, por eso allí empiezan la dispersión y los errores constantes en tu trabajo.
Te puede costar recordar las cosas con facilidad, incluso si algunas pasaron hace poco tiempo. ¡Tu mente no para! Por eso es complicado que te puedas concentrar en medio de un entorno altamente demandante todos los días.
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El síndrome de la vida ocupada afecta principalmente a tu salud mental, generando que estés estresado, tengas síntomas de ansiedad y problemas para conciliar el sueño.
La depresión puede surgir cuando te privas de hacer ciertas actividades que son buenas para ti, como hacer ejecicios, ver a los amigos, disfrutar de una películas entre muchas otras. Descansar es tan importante como trabajar.
Las personas que padecen este síndrome trabajan en exceso, muestran una tendencia de realizar más de una tarea a la vez, sin tomarse un momento para descansar y caen en malos hábitos, como comer mientras trabajan, así lo señaló el portal Psicología y Mente.
Esto no tiene que ver con la edad o género, porque esto se ha detectado en personas de todos los tipos. Más bien está vinculado en aquellos que no soportan el aburrimiento, que estén obsesionados con la productividad o buscan un entretenimiento para evadir sus problemas.
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Este podría ser el indicador más “sencillo” de identificar, porque no tienes espacio ni quisiera para disfrutar de los placeres de la vida, de conectar contigo mismo, por eso eventualmente el cansancio le irá quitando el sabor a lo que haces.
Esto irá afectando en tu rendimiento laboral y estabilidad emocional, alejándote de ese sentimiento gratificante que nos da hacer cualquier actividad que nos llena de vitalidad y eficacia.
Si crees que estás cayendo en el síndrome de la vida ocupada, te recomendamos buscar ayuda de un especialista en mental salud para que pueda brindarte herramientas y orientarte sobre cómo tratar esta dolencia.
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