Hay un vínculo con el que nos peleamos, nos arreglemos, mantenemos en esas pero nos amamos. Este vínculo nos hace más empáticos y no estamos hablando de aquel o aquella cuyo nombre se ha vuelto innombrable… estoy hablando de los hermanos.
Según un estudio de la Universidad de Harvard, la relación con los hermanxs durante la infancia puede determinar nuestro bienestar emocional en la adultez.
Las personas que construyen lazos sanos con sus hermanos tienden a ser más empáticas y tienen una maestría en resolución de conflictos, bueno… no así, pero tienen una mayor capacidad para resolver conflictos.
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Después de todo, para quienes tuvieron la oportunidad de entablar una relación sana con sus hermanos, entienden que la influencia de ellos fue tan significativa como la de los padres.
Navegando entre la competencia, la admiración y la compañía de aquellos que compartieron nuestro mismo techo, pero con otros ojos.
